Para la mayoría de nosotros, los adolescente, se trata de una nueva forma de escribir y de comunicarnos, distinta a las conocidas. Lo aprendimos por nuestra propia cuenta, sin ningún tipo de orientación o criterio que no sea el de nuestras propias necesidades e intereses.
Para algunas personas los mensajes cortos de los celulares e Internet han sido los creadores de este nuevo tipo de lenguaje escrito, que en ocasiones es difícilmente comprensible para quien no lo conoce. Y está caracterizada por una fuerte utilización de anglicismos (préstamos lingüísticos desde el inglès hacia otro idioma) como ser ok, sorry, bye, etc; por estar muy emparentada con los chats como por ejemplo los iconos gestuales =) bien, =( mal, ;-) guiño de ojo, =@ beso,=| serio; y sobre todo, por la abreviación de sus palabras a causa de la limitación a un máximo de caracteres tales como como tas= ¿cómo estas?, dnd= donde o de nada, toy=estoy, etc..
La comunicación mediante SMS se ha convertido en la más habitual y cómoda. Sin embargo, debido a la escasez de caracteres en cada mensaje, se hace complicado decir muchas cosas sin tener que enviar más de un SMS, con el aumento de precio que supone enviar múltiples mensajes. Por este motivo, se escribe con muchas abreviaturas tratando de disminuir el coste de las comunicaciones por SMS.
Para educadores el lenguaje de los celulares está provocando un empobrecimiento lingüístico en los jóvenes.
Se trata de nuestro propio lenguaje para entendernos a través de las nuevas tecnologías y donde los mensajes de texto (SMS) están haciendo furor.
Según una encuesta publicada hace unos meses atrás en un periódico nacional, el 92% de nosotros, los jóvenes, de entre 14 y 24 años posee celular y nueve de cada diez aseguran utilizar de manera habitual el servicio de mensajes, que ha pasado a ser el principal elemento de comunicación entre nosotros, pero reconozco que existe un empobrecimiento del lenguaje y el desconocimiento de las reglas ortográficas.
